Un fantasma pasó de mí,
me habitaba las entrañas,
enfrentaba las mareas
de mi torrente sanguíneo,
traspasaba, flotaba
nadaba, resistía
en pos de atormentar
mi cuerpo
con sus miedos
y dolores, melancolías.
Un fantasma pasó de mí,
y lo dejé ir
y lo ayudé a abrigarse,
porque afuera hace frío.
y se empacó sus cositas,
tarareando bajito..
Un fantasma pasó de mí,
y dejo un agujero,
un hueco, un remolino,
pero lo saludé despacito,
lo miré alejarse, separarse
silbando finito.
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