A veces quisiera ser
cualquier otra persona que veo pasar,
en cualquier lugar.
Cualquier otra que tenga
un más sexo, o, un poco más de pelo,
menos complejos,
la billetera más cargada
la mente más vacía.
Cualquier otra que
pierda tiempo eligiendo ropas
para agradar a nadie y todos,
que no le importe tener la bragueta baja,
o zapatos demasiado altos,
que sueñe con ser princesa y convertir un sapo,
o ser protagonista de alguna película de acción
en un auto super veloz.
cualquier otra que no sueñe despierta o no
duerma soñando y
crea que el presente podría ser más o mejor,
que no se complazca con la nada ni pida demasiado.
A veces quisiera ser
cualquier otra persona que no
regale palabras como si no valieran y no
ame como si nada,
que si olvide la mierda
y recuerde los colores del pasado.
¿Sería posible tomar, algún remedio contra la conciencia
de saber quién soy y quién pude haber sido pero no fui?
¿Quién creará la pócima, algún día,
cuando note que muchos queremos ser otros pocos?
mgelman
viernes, 31 de enero de 2014
martes, 28 de enero de 2014
Opiniones
Un hombre deseaba violentamente a una mujer,
a unas cuantas personas no les parecía bien,
un hombre deseaba locamente volar,
a unas cuantas personas les parecía mal,
un hombre deseaba ardientemente la Revolución
y contra la opinión de la gendarmería
trepó sobre muros secos de lo debido,
abrió el pecho y sacándose
los alrededores de su corazón,
agitaba violentamente a una mujer,
volaba locamente por el techo del mundo
y los pueblos ardían, las banderas.
Un hombre deseaba violentamente a una mujer,
a unas cuantas personas no les parecía bien,
un hombre deseaba locamente volar,
a unas cuantas personas les parecía mal,
un hombre deseaba ardientemente la Revolución
y contra la opinión de la gendarmería
trepó sobre muros secos de lo debido,
abrió el pecho y sacándose
los alrededores de su corazón,
agitaba violentamente a una mujer,
volaba locamente por el techo del mundo
y los pueblos ardían, las banderas.
Juan Gelman
jueves, 23 de enero de 2014
Los libros de la buena memoria
El vino entibia sueños al jadear
Desde su boca de verdeado dulzor Y entre los libros de la buena memoria Se queda oyendo como un ciego frente al mar.
Mi voz le llegará Mi boca también Tal vez le confiaré
que eras el vestigio del futuro.
Rojas y verdes luces del amor prestidigitan bajo un halo de rouge Que sombra extraña te ocultó de mi guiño
que nunca oiste la hojarasca crepitar?
Pues yo te escribiré
Yo te haré llorar Mi boca besará toda la ternura de tu acuario.
Más si la luna enrojeciera en sed O las impalas recorrieran tu estanque No volverías a triunfar en tu alma?
Yo sé que harías largos viajes por llegar.
Parado estoy aquí Esperándote Todo se oscureció
Ya no sé si el mar descansará...
Habrá crecido un tallo en el nogal La luz habrá tiznado gente sin fe Esta botella se ha vaciado también
Que ni los sueños se cobijan del rumor.
Licor no vuelvas ya Deja de reir No es necesario más
Ya se ven los tigres en la lluvia
Luis Alberto Spinetta, vivo por siempre dentro nuestro.
lunes, 20 de enero de 2014
La vida es un viaje al mar,
unas gaviotas volando
un perro saltando
y unos pasos junto a vos.
Lejos del mundo,
cerca nuestro.
Alejándonos de la muerte,
cada momento un cachito más
respirando el ahora como nunca,
saboreando el dulzor
del aire
fresquito
que te roza la frente,
esta mañana,
y todas las demás.
viernes, 17 de enero de 2014
jueves, 16 de enero de 2014
Nocturno
Frescor de los vidrios al apoyar la frente en la ventana.Luces trasnochadas que al apagarse nos dejan todavía más solos.Telaraña que los alambres tejen sobre las azoteas.Trote hueco de los jamelgos que pasan y nos emocionan sin razón.¿A qué nos hace recordar el aullido de los gatos en celo,y cuál será la intención de los papelesque se arrastran en los patios vacíos?Hora en que los muebles viejos aprovechan para sacarse las mentiras,y en que las cañerías tienen gritos estrangulados,como si se asfixiaran dentro de las paredes.A veces se piensa,al dar vuelta la llave de la electricidad,en el espanto que sentirán las sombras,y quisiéramos avisarlespara que tuvieran tiempo de acurrucarse en los rincones.Y a veces las cruces de los postes telefónicos,sobre las azoteas,tienen algo de siniestroy uno quisiera rozarse a las paredes,como un gato o como un ladrón.Noches en las que desearíamosque nos pasaran la mano por el lomo,y en las que súbitamente se comprendeque no hay ternura comparablea la de acariciar algo que duerme.
Oliverio Girondo.
Alza tus brazos...
Alza tus brazos,
ellos encierran a la noche,
desátala sobre mi sed,
tambor, tambor, mi fuego.
Que la noche nos cubra con una campana,
que suene suavemente a cada golpe del amor.
Entiérrame la sombra, lávame con ceniza,
cávame del dolor, límpiame el aire:
yo quiero amarte libre.
Tú destruyes el mundo para que esto suceda
tu comienzas el mundo para que esto suceda.
Juan Gelman.
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